miércoles, 18 de noviembre de 2009

ULTIMA HORA, CAMBIO DE RUTA

Debido a la baja de Jose Luis Jimenez por motivos federativos sustituimos la ruta de este fin de semana. Por lo que este sábado vamos a realizar la ruta Simancon - Reloj - Peñon Grande en el parque natural de Grazalema.

Los interesados en venir que se pongan en contacto con Juan Carlos Santiago o Jose Luis Bote en los telefonso habítuales.

Un saludo.

martes, 17 de noviembre de 2009

I TRAVESÍA CIELO - NAVACHICA "JOSÉ LUIS JIMÉNEZ ALCARAZ"

El próximo fin de semana (21 y 22 de noviembre) intentaremos realizar por fin esta travesía pospuesta hace dos fines de semana. No está muy claro cómo estará el tiempo, parece ser que habrá nubosidad (sobre todo el sábado) y un 10 % de probabilidades de lluvia, sin que todavía haga frío, por lo que nos hemos decidido a programar esta travesía de vivac, sobre todo después de comprobar la enorme insistencia de José Luis Jiménez en realizarla cuando estuvimos en Antequera, hasta el punto de que le consideramos su gran patrocinador, por lo que hemos decidido ponerle su nombre.

La travesía tiene toda la pinta de convertirse en uno de los retos más duros de la temporada por los siguientes motivos:

1. Necesidad de un equipo amplio, formado por mochila de travesía, saco de invierno, funda de vivac, aislante, comida y bebida (unos cinco litros, ya que no hay fuentes) para dos días, ropa impermeable (por si acaso) y de abrigo (para la noche) y botas de montaña (andar por la Almijara es duro).

2. Largo recorrido, dependiendo del punto de salida, porque puede ser el aparcamiento de la cueva de Nerja, junto a Maro, si dejamos los coches en una zona más urbana, en cuyo caso serían unos 35 kilómetros, o el área recreativa del Pinarillo, si dejamos los coches unos 5 kilómetros hacia el interior de la sierra, por pista, con un recorrido andando de unos 28 kilómetros en total.

3. Fuerte desnivel, 2000 metros acumulados de subida (casi todos el primer día) y de bajada (casi todos el segundo) si partimos desde la cueva de Nerja, que serán "sólo" 1800 si empezamos desde el Pinarillo.

4. Recorrido difícil, que, salvo la pista del Pinarillo, es sendero muy empinado, estrecho y bastante perdido en la subida al Cielo y en la bajada del Navachica hasta el Pinarillo, y campo a través durante unos 8 kilómetros de cortas subidas y bajadas por las pedregosas crestas desde el Cielo al Navachica, donde trataremos de encontrar el mejor terreno para vivaquear la noche del sábado al domingo.

Para más seguridad es posible que José Luis Jiménez y yo mismo, Juan Carlos, nos llevemos un par de tiendas de campaña ligeras, de dos plazas, por lo que si hay algún otro interesado que disponga de una tienda similar agradeceríamos que la trajese.

La ruta es por tanto muy dura, pero de una gran belleza y espectacularidad (son las montañas con más de 1500 metros de altitud más próximas al mar de toda la península Ibérica, ya que el Cielo está a sólo 6 kilómetros del Mediterráneo, por lo que sus vistas, entre el mar y Sierra Nevada, son magníficas). Por ello animamos a todos los que estén preparados para realizarla.

Quedaremos en el punto habitual de San Roque (entrada del León) a las 7:00 del sábado 21.
Para inscribiros podéis contactar conmigo (Juan Carlos Santiago, 626316897, jc220970@yahoo.es) o con José luis Bote (619752183, joseluisbote@hotmail.com).

domingo, 8 de noviembre de 2009

CRÓNICA Y FOTOS DE LA TRAVESÍA DEL TORCAL DE ANTEQUERA Y LA ASCENSIÓN AL CAMORRO ALTO

Juan Carlos Santiago

El pasado sábado 7 de noviembre once pioleteros realizamos esta magnífica ruta por el Torcal de Antequera. Mención especial para nuestras dos compañeras que se estrenaban con el grupo: Esther, que aguantó como una jabata la subida al Camorro Alto, gracias, sin duda, a la ración extra de bombones Ferrero Rocher que le ofreció Carlos, y Loli Ruiz, de quien ya conocíamos su carácter pioletero, pero que nos lo confirmó llevándonos con la lengua fuera por las vertiginosas cuestas del Camorro o bajando a tumba abierta hacia el puerto de la Escaleruela.
También un agradecimiento especial para David, compañero de fatigas escolares que no duda en venir con nosotros cada vez que le llamamos para matar su gusanillo montañero, aunque tenga que desplazarse sólo desde su exilio de Aracena.

El día empezó muy cubierto sobre el Torcal, con viento y una espesa niebla que esperábamos que desapareciese mientras hacíamos las maniobras de acercamiento de algún coche al final de la ruta. Pero no fue así, por lo que el paseo inicial por el Torcal Alto no nos dejó ver con claridad las magníficas formas de sus rocas, aunque sí disfrutarlas desde otro punto de vista, tal vez más mágico que con plena claridad. Eso sí, Loli y Carlitos empezaron a hacer de las suyas encaramándose a las rocas más altas mediante arriesgadas trepadas que nos pusieron el corazón en un puño (¡Loli, eres una pioletera vocacional!). Al final del recorrido por esta zona alta, por fin se levantó la niebla convirtiéndose en nubes altas, lo cual nos permitió ver mejor el conjunto y una enorme vista hacia el sur hasta la costa malagueña. Al abandonar el Torcal Alto encontramos por fin el enorme tornillo que nos faltaba a algunos pioleteros y que es la roca más espectacular y emblemática del parque.











Durante nuestra agradable bajada hacia el puerto de la Escaleruela, donde íbamos a comer, el día se fue abriendo cada vez más ofreciéndonos impresionantes vistas hacia el norte: Antequera, sus llanos, la peña de los Enamorados, etc. Una vez en el puerto, la comida habitual, con la habitual lata de cerveza de medio litro ligeramente helada que José Luis Jiménez saca despacito de una bolsa térmica con hielo, comprueba que el sonido al abrirla es perfecto y se refresca lentamente sin ofrecer ni un traguito a sus compañeros, que nos conformamos con agua con sabor al plástico de nuestro camel bag.







Tras reponer fuerzas, nos esperaba el plato fuerte del día: la subida al Camorro Alto, que estiró al grupo notablemente por el ritmazo de ascenso que, sin darse cuenta, impusieron Loli y Carlitos. Al final todos llegamos arriba, que es lo que cuenta, y disfrutamos de un panorama inmenso, que abarcaba casi toda la provincia de Málaga y sierras de Sevilla, Cádiz, Córdoba, Jaén y Granada (Sierra Nevada aparecía coronada con algo de nieve hacia el este). El día se despejó por completo en el momento justo, aclarándonos unas vistas impresionantes, entre las que destacaban, en primer plano, el bloque hundido de los Navacillos, al pie del Torcal o la Peña de los Enamorados y Antequera al borde de sus hermosos llanos.








Tras la bajada de nuevo al puerto de la Escaleruela, descendimos por las preciosas zetas del camino arriero que baja hacia Antequera y rodeamos el Torcal por el norte hasta el camping de la fuente de la Villa, donde terminamos: 20 kilómetros en total, según el GPS, en lugar de los 17 ó 18 inicialmente previstos, que aguantó especialmente Esther, a quien vino un poco larga la ruta, pero a la que animo a que vaya cogiendo la forma saliendo con nosotros.





Enhorabuena a todos y hasta la próxima.

martes, 3 de noviembre de 2009

TORCAL DE ANTEQUERA Y CAMORRO ALTO

La previsión meteorológica para el próximo fin de semana, cuando no estará el tiempo perfecto para realizar la travesía de vivac que teníamos prevista entre el Navachica y el Cielo, nos ha aconsejado posponer esta travesía para más adelante, cambiándola por la ruta de un día que teníamos prevista entorno al Torcal de Antequera a finales de noviembre.
El programa es el siguiente:
- Salida a las 7:00 de la mañana el próximo sábado desde San Roque, junto a la entrada desde Málaga (donde está la estatua del león), donde quedaremos todos para reunirnos en coches y emprender el camino hacia el Torcal.
- Desayuno en Casabermeja, entorno a las 8:45.
- Llegada al Torcal y antes de salir acercaremos un coche al nacimiento de la Villa, donde terminaremos la ruta.
-Realización de la ruta con las siguientes etapas:
1. Sendero del Torcal Alto, un corto paseo de entre dos y tres kilómetros, marcado por el parque desde el centro de interpretación, donde podremos admirar las formas más hermosas de la erosión sobre las rocas calizas del parque.
2. Descenso hasta el puerto de la Escaleruela: tras descender junto a la carretera durante un kilómetro y medio, nos adentraremos por una pequeña depresión situada entre el Torcal Alto, al sur, y el Torcal Bajo, al norte, que nos conducirá en otros cuatro kilómetros a este magnífico puerto situado entre el Torcal y Antequera, donde podremos comer.
3. Ascensión al Camorro Alto, con unos 400 metros de desnivel desde el puerto, bastante pendiente y sin sendero marcado. Es la única dificultad importante del día, la cumbre más alta de toda la zona de Antequera y con magníficas vistas del Torcal y de la depresión del cortijo de los Navacillos (una impresionante "tecla de piano" hundida) al situarse justo enfrente.
4. Descenso desde el puerto de la Escaleruela al nacimiento de la Villa: bajaremos a lo largo de 5 kilómetros por este camino tradicional que comunicaba Antequera con la costa rodeando la cara norte del Torcal.

En total son unos 17 kilómetros con el único desnivel ascendente y dificultad del Camorro Alto (400 metros), que es evitable haciendo la excursión 3 kilómetros más corta y con bastante menos dificultad, por lo que podrían participar compañeros que quieran hacer una ruta de nivel medio.

Los interesados os podéis poner en contacto conmigo, Juan Carlos Santiago, tlf. 626316897, correo jc220970@yahoo.es

domingo, 25 de octubre de 2009

CRÓNICA Y FOTOS DE LA ASCENSIÓN AL JEBEL MUSA


Por Juan Carlos Santiago

El pasado sábado 24 de octubre nos encontramos doce legionarios del grupo Piolet en el puerto de Algeciras con la misión de conquistar la cumbre africana llamada por los marroquíes Jebel Musa y que nosotros llamaremos como nuestros compatriotas ceutíes, la Mujer Muerta. Nuestra misión era devolver a los infieles la afrenta cometida hace casi 1300 años, cuando organizaron desde allí la conquista de nuestra amada patria.

Tuvimos un pequeño problema organizativo ya en el puerto de Algeciras: la encantadora señorita que nos debía vender los billetes nos podía ofrecer un descuento muy importante siempre que hubiéramos mandado previamente un fax para justificar nuestra noble acción como grupo. El legionario José Luis Bote propuso llamar a esas horas de la madrugada a nuestro general, Juan Pedro, para que enviara desde su domicilio el mencionado fax, pero la amable señorita consiguió con unas cuantas llamadas a su jefe hacernos el descuento sin ningún fax de por medio, por lo que el legionario Bote insistió en llamar al general Juan Pedro para decirle que aunque antes hacía falta, ya no era necesario enviar el fax... ¡la información respetuosa a los superiores ante todo!. Entre todos conseguimos convencerle de lo inoportuna que hubiera resultado esa llamada tan temprano y conseguimos calmarle.

Una vez en Ceuta, nuestro amado solar español del continente africano, y tras desayunar, nos dirigimos a la frontera con el reino de Marruecos, mezclándonos con un numeroso grupo de greñudos que nos dijeron que iban a ver pájaros, para lo que necesitaban fumar algo más allá de la frontera. Ninguno de los funcionarios sospechó de nuestra verdadera misión y nos dejaron pasar con gran rapidez, por lo que tras negociar con varios taxistas el viaje de ida y vuelta a Bellones y llegar como sardinas en lata a este pueblo junto a nuestra frontera nacional, estábamos preparados a las diez y media para emprender nuestra arriesgada misión.






Subimos con cierta rapidez, excitados por el significado histórico de nuestra epopeya, hasta el cuello de la Mujer Muerta, cuyo perfil, coronado por una enorme melana oscura recordó a algún compañero a Marge Simpson. Escondidos en el cuello, podíamos sorprender al enemigo llegando a la cumbre por su espalda, atravesando una empinada pedrera muy móvil. Por fin en la cumbre, descubrimos que los infieles habían abandonado su puesto de vigilancia, dejando una pequeña casa derruída y un trípode metálico oxidado, sin duda, avisados y amedrentados previamente ante nuestra llegada.

Felices por el éxito conseguido, nos dedicamos a observar el vasto panorama que se habría a nuestros pies: toda la costa y las montañas costeras andaluzas desde el acantilado de Barbate hasta Sierra Nevada, con Tarifa o Gibraltar en primer término, con una claridad en el aire impropia del estrecho, y todo el territorio africano desde las montañas del Rif hasta el cabo Espartel, cerca de Tánger, pasando por Cabo Negro o Ceuta.

Después de la comida en el inicio de la bajada, a unos 750 metros de altura, nos encontramos abandonada a la pieza que faltaba para completar nuestro grupo de legionarios: la cabra. Se trataba de una cabrita recién nacida (todavía conservaba restos del cordón umbilical) que llamaba desesperadamente a su madre, probablemente en un grupo que se encontraba algunos centeneres de metros más abajo.
Rápidamente bautizada como Pioleta, se convirtió en el símbolo de unidad de destino para nuestro grupo: la nueva misión sería la supervivencia de la cabra. Con grandes dificultades por lo escarpado del terreno, conseguimos bajar a Pioleta en brazos hasta las cercanías del rebaño, donde ninguna cabra se hizo cargo de ella, a pesar de que nos retiramos del grupo. Sóla y desamparada, la legionaria Inma la encontró tendida en el suelo,exhausta y al borde de la muerte, por lo que decidió llevársela al pueblo.

Mientras tanto, un grupo de senderistas de Tetuán nos había informado de la posibilidad de bajar hasta la costa situada junto a la isla de Perejil, por una vertiginosa canal que se abría en la cara noroeste de la montaña. Todo el grupo nos aventuramos por allí sin sospechar la emboscada que nos habían tendido los berberiscos: la pendiente era efectivamente vertiginosa (de 600 metros al nivel del mar en muy poca distancia lineal), con desprendimientos y destrepes algo difíciles, por lo que la mayor parte del grupo retrocedió para volver por el camino normal, pero cuatro de nosotros nos aventuramos para realizar el descenso por esta impresionante canal. Poco después de dejar al grupo y en la zona en la que más debíamos apoyar las manos para descender, nos encontramos una víbora, sin duda colocada por nuestros enemigos, que logramos sortear, y algunos metros más abajo nos empezamos a sentir vigilados por un enorme mono de berbería que nos amenazó moviendo un árbol desde las alturas. Finalmente logramos pasar con éxito esta fantástica canal, aunque el legionario Carlos se dejó las dos botas en el camino, situándonos justo enfrente del islote de Perejil y de la costa española, por lo que se abría ante nosotros un inmenso panorama de territorio patrio.

Después de darnos un baño frente al islote, apareció la propuesta de llegar nadando a España (al islote) y volver en un tiempo récord y en mejores condiciones que ese famoso nadador al que llaman David Meca, sin embargo, la vigilancia y llamada de atención de un soldado marroquí nos echó para atrás.

De vuelta en Bellones, nos reunimos con el resto del grupo, que nos informó del destino de Pioleta, nuestra cabra: la legionaria Inma la había dejado en manos de un pastor, colgada del pezón de una cabra, de la que mamaba desesperadamente. Con la promesa de cuidarla bien y diez euros en el bolsillo para colaborar en ello, el lugareño se quedó con la cabra, que algún malintencionado del grupo imaginó convertida en un asado regado con diez euros de sangría esa misma noche.

De vuelta en Ceuta, con la satisfacción del deber cumplido, nos bebimos una media de un litro de cerveza por cabeza que, unida a los vaivenes del barco, convirtieron la travesía en una exaltación de la amistad y una promesa de aventuras futuras.

domingo, 18 de octubre de 2009

Ascensión al Yebel Musa


El próximo sábado día 24 de octubre cruzaremos el estrecho para ascender al Yebel Musa.

Después del delicioso aperitivo que nos preparó José Luis Jiménez entre la garganta del Capitán y el cerro del Fraile con la primera ruta de la temporada de nuestro grupo, los pioleteros continuamos con el espíritu homérico que caracteriza a nuestras rutas y para que los recién llegados no se lleven a engaño y lo saboreen, hemos pensado que no hay nada mejor que viajar a la remota África, subir a la más esbelta de las columnas hercúleas y regresar a casa en el mismo día.

Es probable que algunos ya hayáis subido alguna vez, como nos pasa a José Luis Bote y a un servidor, pero siempre es un placer regresar a esta montaña tan mítica, límite del mundo antiguo, centrado en el Mediterráneo, y puente entre dos continentes.
No está claro que esta montaña sea la columna gemela del Peñón de Gibraltar que, según los griegos, Hércules separó para abrir el Mediterráneo. Otros piensan que es el ceutí monte Hacho y que el perfil del Yebel Musa, que parece el rostro y el pecho de una mujer tumbada, corresponde a la Mujer Muerta, causante de la ira del héroe. En cualquier caso se trata de una montaña mítica que continuó siéndolo para los musulmanes desde principios del siglo VIII, cuando se supone que su caudillo Musa planificó desde aquí la conquista islámica de la Península Ibérica. Aún hoy sigue siendo el mirador más privilegiado del estrecho, con una preciosa costa de acantilados recortados hacia el norte, donde destaca la isla de Perejil, con toda la costa española más allá, y la alargada ciudad de Ceuta hacia el este.

Por otra parte, dejando al margen las diferencias humanas entre uno y otro lado del estrecho, la ascensión al Yebel Musa nos ofrecerá un paisaje muy similar al campogibraltareño: esta montaña es, como el Peñón de Gibraltar, una espléndida ventana tectónica de calizas jurásicas que la orogenia alpina, el verdadero Hércules constructor de nuestro relieve, ha levantado por encima de materiales posteriores, las areniscas del Algibe, que predominan en todas nuestras sierras y que son idénticas a las existentes en todo el norte de Marruecos entre Tánger y Tetuán. La cubierta vegetal, con alcornoques, acebuches, lentisco, palmito y brezo y jara en las zonas más altas, es también idéntica a la nuestra, aunque en la ascensión no veamos mucha porque, como en las paredes del Peñón, la pendiente, el viento y la movilidad de las pedreras, dificulta la vida de las plantas.
La gran diferencia de esta montaña con respecto a su gemela española (¡Gibraltar español!) es su mayor altitud (mide 840 metros, más del doble que el Peñón) y su carácter mucho más natural, ya que no está tan saturada de construcciones humanas, siendo todo el ascenso y el descenso por senderos y campo a través en un entorno completamente natural.

El programa es el siguiente:
Quedaremos en el puerto de Algeciras a las 7:00 para coger el ferry FRS de las 7:30 a Ceuta y volver en el de las 21:00 de Ceuta a Algeciras (cada trayecto de una hora, precio total ida y vuelta 67 euros). Hay otra opción con Trasmediterránea, con trayectos de 45 minutos a las 8:00 desde Algeciras y vuelta desde Ceuta a las 21:30, algo más caro, 86 euros, por lo que al existir varias opciones podemos comprar los billetes en el puerto sin que suponga un riesgo, a no ser que seamos un grupo muy numeroso. Al llegar a Ceuta desayuno y traslado a la frontera en taxi o autobús público, trámites de paso de frontera (no olvidar pasaporte) y traslado en taxi a Bellones, junto al nivel del mar, donde empezaremos la ascensión hasta los 840 metros del pico superior, subiendo por el collado de Ain Barca (el cuello de la Mujer Muerta), coronando la cumbre (el pezón erecto de su pecho) y bajando por la cuerda oeste (la base de su pecho) hasta la costa paralela a la isla del Perejil (que cada uno imagine lo que quiera), volviendo por la costa a Bellones. Regreso a Ceuta, cervecita y para casa.
La ruta es de nivel muy alto por el desnivel, el tipo de terrero, con mucha piedra suelta y ausencia de senderos en algunas zonas y por el horario limitado con el que contamos, nunca del todo claro por tener que pasar los pesados trámites fronterizos.
Los guías seremos José Luis Bote y yo, Juan Carlos Santiago. Para participar en la ruta poneros en contacto con José Luis (teléfono 619752183) hasta el próximo miércoles. Nos vemos en el Yebel Musa.

viernes, 25 de septiembre de 2009

1º Ruta de la temperada 2009-2010

Ruta: BOTAFUEGO--CERRO DEL FRAILE--BOTAFUEGO
Fecha: 03 / 10 / 09
Guia: José Luís Jimenez
Salida: a las 8 de la mañana
Lugar: parque feria (donde siempre)
Dificultad: muy alta Desnivel: mucho Distancia: mu larga
Actitud: buen royito y espíritu aventurero
Ritmo: ligerito alegre y cantarín
Descripción de la Ruta: Iremos con nuestros coches hasta la entrada del carril militar que esta detrás de la Rejanosa.
Emprenderemos el camino hacia la garganta del Capitán, pasando por el arroyo de la garganta Santa, y por el Llano de Las Tumbas bajaremos a la Charca grande de la Garganta del Capitán, bajada con cierto grado de dificultad, cruzaremos la charca, ( a partir de este lugar la ruta es totalmente nueva para todos los miembros del Club) cogeremos un sendero que deja la garganta a nuestra izquierda, y marcharemos en dirección contraria al cauce del rio, en esta parte del sendero seguro que nos enbrosiscamo, ya que está prácticamente serrado, de salsa, arbolaga y pinchos, en la zona conocida como casa de los menuos, cruzaremos la pista forestal de Las Corza, subimos hasta llegar a la alambrada de la Finca de Ojen, donde giramos a la derecha buscando la subida al Cerro del Fraile, que es un gran pico que está en la parte más alta del hoyo de don Pedro, la bajada es por el lado contrario a la subida, llegando al mirador del hoyo de don Pedro, desde dicho mirador iniciaremos una fuerte bajada,( no hay sendero)
hasta enlazar con la varea que subimos, a partir de aquí el regreso será por el mismo lugar de la ida

Jose Luís Jimenez

Para venir a la ruta os podeis apuntar de la manera habitual, por correo electrónico.
joseluisbote@hotmail.com o en el teléfono 619752183 (Adri).

Un saludo.

martes, 11 de agosto de 2009

VIAJE POR LAS MONTAÑAS DEL NORTE DE GRECIA










Crónica de Juan Carlos Santiago

A mediados del pasado mes de julio realicé un viaje de diez días por las montañas septentrionales de Grecia, donde ya había estado hace tres años en un recorrido turístico primaveral que me sirvió para observar increíbles paisajes desde el coche, recoger información y, en definitiva, ponerme los dientes largos y prometerme a mí mismo que volvería a recorrer las montañas del Pindo o a ascender las míticas cumbres del Olimpo. Y en la noche del diez de julio, después de un largo viaje por la prolongada espera en el aeropuerto de Atenas, por fin aterrizaba en la pequeña capital de la región de Epiro, Janina, dispuesto e emprender mi aventura montañera.

Grecia es un país, como todos los del sur de Europa, extraordinariamente montañoso, con una enorme proliferación de islas (montañas submarinas que asoman sus cabezas por encima del mar), costas recortadísimas y extensas montañas en forma de cordilleras, como el Pindo, o macizos más aislados, como el Olimpo. En cualquier caso, las montañas más impresionantes se encuentran al norte del país, fuera de los circuitos turísticos tradicionales, donde el viajero verá, alrededor de Atenas, Delfos o los yacimientos del Peloponeso, montañas más bajas y áridas. En el norte, sin embargo, están las montañas más extensas, especialmente la cordillera del Pindo, “los Pirineos” griegos, que se prolonga de norte a sur desde Albania hasta hundirse en el mar del golfo de Lepanto, y también las más altas, como el Olimpo, rozando los tresmil metros, a pesar de que el macizo arranca directamente del mar Egeo entre Macedonia y Tesalia. La extensión de estas zonas altas y la mayor humedad y continentalidad del clima del norte de Grecia, dan a estas montañas un aspecto muy norteño, con frondosos bosques caducifolios y de enormes pinos balcánicos en sus laderas, y praderas alpinas en las cumbres, con abundantes nieves invernales que perduran hasta principios del verano.

El objetivo del viaje era recorrer en cuatro días el parque nacional Vikos – Aoos, el más espectacular del Pindo, con una gran variedad de paisajes naturales, pueblos encantadores y un estratégico refugio de montaña, donde dormir al final de cada etapa. Posteriormente pasaría dos días de descanso en la paradisiaca isla de Corfú y viajaría hasta Salónica, en Macedonia, para hacer desde allí una ascensión de un par de días a las cumbres del Olimpo, durmiendo en uno de sus refugios cimeros, para terminar viendo la ciudad de Salónica, desde donde volvería a España. Confiaba en la abundancia y puntualidad de los transportes públicos griegos (autobuses y ferries) que, efectivamente, han resultado ser excelentes.

El primer día, después de pasear por el muy turco casco viejo de Janina, me cogí un taxi hasta la comarca de Zagoria, donde se encuentra el parque nacional Vikos – Aoos, un enorme macizo calizo tajado por dos gigantescas gargantas que dan nombre al parque, constituyendo dos de los cañones más profundos de Europa, muy parecidos a los valles de Ordesa en nuestro país, con cumbres que llegan a los 2500 metros de enormes cuestas de estratos calizos que se desploman rotos en paredes verticales hacia el valle del río Aoos. En uno de los espectaculares puentes turcos de la comarca, empecé mi travesía por el cañón de Vikos, habitualmente sin agua dado el carácter permeable del lecho del barranco. Las paredes del cañón se iban haciendo cada vez más altas y verticales hasta llegar al muy caudaloso manantial del Voidomatis, un río azul limpísimo en el que me pretendía bañar, aunque su gélida temperatura me lo impidió. Después, en una subida empinada llegué al encantador pueblo de Micro Papingo, junto a unas espectaculares pozas naturales en las que por fin conseguí bañarme antes de darme un homenaje con una deliciosa cena a base de pastel de espinacas, mousaka y cerveza Mythos.

El segundo día, después de vencer a un yogurt griego que me plantó cara en el desayuno, cogí las fuerzas necesarias para hacer frente a los mil metros de desnivel que hay desde Micro Papingo al refugio Astraka, rodeando las vertiginosas paredes que caen desde el monte Astraka hasta el pueblo. Después de un descanso y de dejar la mayor parte de la carga de mi mochila de travesía, subí al pico Gamila, el más alto del parque, con 2500 metros de altitud, por una cuerda final muy aérea sobre el río Aoos, que baja furioso hacia Albania 2000 metros más abajo abriéndose paso entre gigantescas paredes verticales. Entre los neveros al pie de la cumbre descubrí una zona con múltiples fósiles de árboles mesozoicos (¿con más de cien millones de años de antigüedad?).

Al día siguiente modifiqué mis planes iniciales, demasiado ambiciosos, evitando recorrer todo el parque. Así, realicé una preciosa ascensión al pico Astraka, de algo más de 2400 metros, rodeándolo por las altas paredes del cañón de Vikos, de nuevo con impresionantes vistas sobre el fondo del valle y los pueblos de pizarra negra de la comarca. Después de una vertiginosa bajada hacia el refugio, en la que sorprendí a un magnífico ejemplar de cabra rupícola balcánica, un rapidísimo animal en peligro de extinción, llegué de nuevo al refugio para terminar el día dándome un baño en el impresionante Drakolimni, el lago del dragón, o más bien de los dragones, porque está lleno de miles de tritones. Está situado en plena cresta del pico Gamila, aunque algo más bajo, sobre una estrecha banda de rocas impermeables que permiten el estancamiento del agua, ofreciendo maravillosas vistas de todos los picos del macizo y de otros macizos más lejanos, como el Smolikas, más allá del río Aoos, que vuelve a desplomarse a nuestros pies. Con razón es probablemente el paisaje de montaña más hermoso de Grecia.

Mi último día en el macizo descendí desde el refugio hasta el pueblo de Konitsa por el valle del río Aoos, un impetuoso torrente de aguas azules y espuma ideal para el rafting aunque también para extasiarse en el paisaje de los frondosos bosques y las vertiginosas paredes cortadas por la banda azul del río desde el monasterio Stomio, donde unos barbudos monjes ortodoxos viven retirados de la vida mundana. Al descender de la montaña el calor ya se hizo notar y a pesar del último baño en el río, empecé a saborear ya mi siguiente etapa en las playas jónicas de la isla de Corfú, por lo que después de enlazar un par de viajes en autobús, llegué en medio de un fantástico atardecer sobre el Mar Jónico al puerto de Igoumenitsa y, tras algo más de una hora de travesía en ferry, pude llegar para dormir en la ciudad de Corfú.

Los dos días siguientes fueron todo un placentero descanso en mi odisea. La isla, del tamaño aproximado de Ibiza, es una joya por sus paisajes, sus playas y su historia, por la que han pasado y dejado sus huellas, además de Ulises, más recientemente, venecianos, ingleses y gran parte de la aristocracia centroeuropea de finales del XIX y principios del XX. A la visita de la ciudad de Corfú dediqué casi todo el primer día. Se trata del típico puerto colonial, como Gibraltar, defendido por imponentes construcciones militares que dejaron los venecianos y los ingleses, con un aire cosmopolita y decadente parecido al de Venecia y algunos museos francamente interesantes. Después de ver la ciudad me alquilé un coche para recorrer la parte norte de la isla, con un paisaje montañoso verde, lleno de cipreses y retorcidos y enormes olivos, con fantásticas vistas hacia la costa y las montañas de Albania y, sobre todo, con unas playas paradisiacas, llenas de acantilados blancos, pequeños islotes y aguas cristalinas, que me llamaban a cada curva para bajarme del coche y refrescarme.

Al final del segundo día en la isla no quedaba más remedio que volver al tajo montañero, por lo que, tras volver al continente enlacé tres viajes en autobús para atravesar todo el norte de Grecia, desde la costa jónica hasta la del Egeo en el pueblo de Litochoro, al pie del Olimpo, vía Janina y Salónica. Al llegar al inicio de mi ascensión no estaba en las mejores condiciones al no haber dormido prácticamente nada la noche anterior, pero había que subir hasta los 2700 metros del refugio más alto del Olimpo, al pie de sus cumbres. Por la mañana se veían perfectamente desde Litochoro, 2500 metros por encima del pueblo, sin embargo, por su cercanía al mar es frecuente que los dioses se escondan entre brumas que hicieron más mágica mi ascensión entre hayas y enormes pinos. Después de una reparadora siesta por fin llegué a la meseta de las Musas, sobre la que se alzan las enormes paredes de los picos Stefani, Mitikas y Skolio, que, como catedrales pétreas, recuerdan mucho a las cumbres de los Dolomitas alpinos. Después de una magnífica cena y de estudiar con detalle el vertiginoso recorrido para enlazar todas estas cumbres al día siguiente, me acosté con dos mantas para aguantar el frío veraniego del Olimpo y caí en los brazos de Morfeo.

La travesía por las cumbres fue espectacular, desde el solitario y aéreo Stefani, la cumbre más bella del macizo y donde poca gente se atreve a hacer la vertiginosa trepada final, hasta el Miticas, la cumbre de Grecia, donde por primera vez en todo mi periplo montañero había mucha gente, sobre todo pequeños grupos de jóvenes con casco, encordados y arrastrados por algún guía, que probablemente completaban su viaje a Grecia subiendo a la montaña de los dioses. En la ascensión final al Skolio me crucé con Marian y Joseba, una encantadora pareja de vitorianos que fueron los únicos españoles que me encontré en todo el viaje. Después de comprobar lo agradable que es hablar en español después de algunos días intentando comunicarme en inglés, nos dimos cuenta de que teníamos muchas cosas en común y compartimos parte de la bajada hacia Litochoro, donde pudimos ver la enorme fuerza de los aludes en esta vertiente de la montaña, ya que había una gigantesca superficie de pinos abatidos por ese motivo. Tras descender entre las hermosas cascadas de la garganta Enipeas, unos amables chicos búlgaros me acercaron en coche hasta Litochoro, donde tenía que buscar alojamiento, lo cual fue imposible, dada la ocupación de todos los numerosos hoteles del pueblo en el fin de semana. Por eso tuve que irme a la cercana ciudad de Katerini, despidiéndome a la francesa (es decir, no despidiéndome) de Joseba y Marian, con los que había quedado (lo siento chicos).

Mi último día en Grecia, visitando Salónica, fue el más caluroso de todos, por lo que eché de menos el aire de la montaña, aunque me resultó una ciudad muy interesante por su museo arqueológico, lleno de tesoros de oro macedonio de la época de Alejandro Magno y su padre Filipo, y, sobre todo, por las abundantes huellas bizantinas medievales, que faltan en Atenas y que evidencian que Salónica fue la ciudad más importante de la actual Grecia durante siglos. La presencia judía hasta la dramática desaparición de esta comunidad por orden de los nazis ha dejado también edificios y recuerdos muy interesantes en la ciudad.
En conclusión me ha parecido un viaje encantador y absolutamente recomendable por la belleza de los paisajes griegos y la facilidad para viajar en este país. Os animo a que conozcáis el norte de Grecia, no os defraudará.

martes, 2 de junio de 2009

El Piolet en la sierra del Pozo y el río Guadalentín

El fin de semana de los días 13 y 14 de junio finalizamos nuestro programa anual con dos espectaculares rutas por la sierra del Pozo, sector sur del parque natural de Cazorla: parecemos un poco pesados, pero volvemos a irnos a este rincón de Andalucía oriental que tantas satisfacciones nos ha dado este año (la Sagra, las vertiginosas trepadas en la sierra de María, el impresionante circuito de ascenso hacia el Empanadas). Volvemos a plantearnos unas rutas que nos hacen cruzar Andalucía en un viaje de cuatro horas, pero seguro que la ascensión al Cabañas y el recorrido de senderismo acuático por el barranco más hermoso de Andalucía, el del Guadalentín, nos hacen olvidarnos de eso. El programa es el siguiente:

Sábado 13: Salida de San Roque a las 6:00. Desayuno en ruta. Llegada al embalse de la Bolera y ruta circular de ascenso al Cabañas (2026 metros), cumbre más alta de la sierra del Pozo, por su intrincada vertiente oeste, entre los arroyos de la Venta y Guazalamanco, ruta de unas siete horas y con 1000 metros de desnivel, por lo que puede ser exigente por el calor, aunque hay estupendas pocitas y saltos de agua para refrescarnos en el Guazalamanco. Por otra parte la riqueza geológica y florística de esta vertiente es impresionante, así como sus vistas de casi toda la sierra de Cazorla y del embalse de la Bolera. Nos alojaremos en el camping de la Bolera, en cabañas grupales, para las que es necesario llevarse ropa de cama y toalla, las duchas son las del camping y podemos cenar y desayunar allí. Si nos quedan ganas de explorar por la tarde un barranco impresionante no hay más que acercarnos a la pared de la presa y descender a la cerrada de la Bolera, uno de los sucesivos cañones del Guadalentín.

Domingo 14: Recorrido de senderismo y senderismo acuático por el barranco del Guadalentín, aguas arriba del embalse de la Bolera, por la mañana por sendero y camino hasta Vadocarretas, con estupendas vistas del barranco y del entorno, y después descendiendo por el río, sobre su cauce y senderos laterales, como antiguos casminos de pescadores, colgados sobre el río. Aunque no hay ningún paso complicado que exija hacer un rápel, sí hay que meterse en el agua (en alguna ocasión hasta el cuello), por lo que sería necesario llevar un tubo estanco para impermeabilizar la comida u otras cosas necesarias, y para la gente más friolera tal vez un neopreno, aunque salimos del agua en muchos tramos donde nos secaremos y estaremos deseosos de darnos el próximo chapuzón. El agua suele estar bastante fría, por lo que otra opción para los más frioleros puede ser volver por el cómodo camino de ida, sin posibilidades de pérdida. En total la ruta puede ser de unas 7 horas, paradas aparte.

Si estáis interesados ponéd un mail
mailto:jc220970@yahoo.es o en los teléfonos de constumbre.

viernes, 29 de mayo de 2009

Rutas previstas Camino y Piolet 2009 - 2010

Esta son las rutas que tenemos prevista para el año que viene, una vez que las apruebe la junta directiva las haremos oficiales con sus respectivas fechas.

Hemos intentando hacer desplazamientos mas cortos que este año y ademas añadimos como novedad el vivac, actividad que muchos de vosotros no habeis practicado y de la que estamos seguros vais a quedar encantados.

Desde aqui animar a todo el mundo que se vea con fuerzas para realizar estas rutas ya que son muy altas pero no imposibles.

Fin de semana.
Jimena - Patrite (Vivac)
Trevenque - Alayos de Dilar
Sierra Magina
Sierra Subbetica Cordobesa
Sierra de Huetor
Travesia Cielo - Navachica (Vivac)
Huetor Sierra -Mulhacen - Huetor Sierra (2 vivac)

Rutas de un día
Picacho - Aljibe - Montero
Simancon - Reloj - Peñon Grande
Tocal de Antequera - Camorro Alto.
Alcazaba - Torrecilla - Enamorados
Jebel Muza
Nocturna especial por el bosque
Cerro del Fraile

El Pioletiempo

Siempre quisiste saber el tiempo que ibas a tener durante la ruta y nunca supiste como hacerlo.

Pues ya tienes el pioletiempo, puedes consultar el tiempo que hará en la ruta con una semana de antelación y sin salir de nuestro blog.

Justo al final de la página encontraras el tiempo de cualquier parte de España (porque nunca se sabe donde viajará tu piolet).

jueves, 28 de mayo de 2009

El Piolet en Julia en la Onda

Jebel Toubkal

Durante los días 30 Abril al 4 de Mayo de este año, realizamos la expedición del Toubkal con un día de retraso con respecto a la mayor parte del grupo por problemas de disponibilidad de días. En concreto Clara, Alberto, Adri, Oscar, Javier Martín (nueva incorporación que el año que viene estará con nosotros en el grupo Piolet) y yo mismo, subimos al Toubkal un día después que el resto del grupo. En nuestro caso (Adri, Oscar, Javi y yo), nos arriesgamos a salir en el tren nocturno de Tánger a Marrakech el jueves 30 de abril sin reservar la cabina de literas porque era imposible hacerlo salvo en la misma estación. Nos arriesgamos y nos salió mal, porque el grupo Quercus había ocupado todo el vagón de literas y no nos quedó más remedio que intentar dormir entre los sillones y el suelo de nuestra cabina en el tren.

Después de desayunar en Marrakech con el grupo de Quercus y de que éstos nos llevaran amablemente hasta Imlil, subimos el viernes al refugio a la velocidad endiablada con la que tuvimos que seguir a la mula que porteaba nuestras mochilas, azuzada por un joven arriero que al final tuvo que subirse en ella para aguantar el ritmo y que, supongo, querría llegar cuanto antes para que no le cayera la noche en el regreso. Allí nos encontramos con Clara y Alberto, que habían llegado hacía poco y subirían al Toubkal con nosotros al día siguiente, así como con los primeros del grupo que habían bajado ya de la cumbre, con caras de gran satisfacción. Mi más sincera enhorabuena para todos ellos y especialmente para los que tuvieron más capacidad de sufrimiento, dada su menor experiencia en alta montaña o su menor forma física, como Cari, que haciendo de tripas corazón llegaron hasta arriba con mucho coraje. ¡Cari, cuando sea un poco más mayor quiero ser como tú! Al día siguiente, después de despedirnos de la mayor parte del grupo, que bajaban a Imlil, afrontamos los seis la ascensión al Toubkal sin problemas y tras descender al collado próximo a la cima, subimos Adri, Oscar, Javi y yo, a otro 4000, el Toubkal oeste, teniendo ciertas dificultades en la bajada al refugio, al ser impracticable la bajada prevista por el SO, con paredes muy verticales y tener que volver al camino inicial pasando por penitentes de nieve muy blanda en la que nos hundíamos hasta casi la cintura. Sin embargo, al llegar al camino por el que subimos en la mañana, descendimos deslizándonos sentados sobre la nieve hasta casi la altura del refugio, al grito de guerra de Adri ¡¡el tobogán de la locuraaaa!!... muy divertida bajada pero se llenó de nieve hasta la parte más recóndita de nuestra anatomía y ropa, incluídos los calzoncillos, que a pesar de su longitud inicial quedaron en mi caso reducidos a un mínimo, mojado y gélido tanga. Durante todo el día en el Toubkal estuvimos contemplando, al otro lado del valle del refugio, la desafiante pared este de los Ouanoukrim, una cuerda de seis cimas de más de 4000 metros desarrollada de norte a sur, con más carácter alpino que el Toubkal, dada su mayor longitud frente al aislamiento de este último. Nuestro objetivo era volver a Imlil atravesando este macizo por un collado próximo al refugio pero a 3900 metros, para bajar por el recóndito valle del refugio Lepiney y la aldea de Tizi Oussem, subir al puerto de Mezzik y descender al final del recorrido. Desde el camino y cumbre del Toubkal se podía ver perfectamente la canal de nieve en diagonal por la que debíamos trepar que sale directamente desde el refugio (en la primera foto puede verse esa diagonal ascendente de derecha a izquierda) Finalmente regresamos por ese camino alternativo Adri, Javi y yo, esperándonos Oscar en Imlil, ya que decidió bajar más tranquilo con Clara y Alberto. La subida resultó muy dura por la pendiente elevada, aunque fácil técnicamente, pero lo mejor estaba por llegar: el descenso por el valle hasta la altura del pueblo de Tizzi Oussem resultó para todos nosotros una de las rutas de montaña más bellas que hemos hecho en nuestras vidas. Las paredes heladas del collado del que descendimos (los Clochetons) y de la enorme meseta de Tazaghart, los sucesivos circos glaciares que se abren hacia el norte limitados por escarpes en los que se despeñan cascadas abriéndose paso entre la nieve helada, las cascadas saliendo de desfiladeros imposibles más abajo del refugio Lepiney, las increíbles primeras terrazas de cultivo, las aldeas dispuestas sobre franjas de rocas mesozoicas con los mismos colores gris, ocre, naranja o rojo, de los estratos de sedimentos levantados y quebrados por el empuje del zócalo granítico del Atlas central al producirse su elevación, los extensos bosques de sabinas sobre suelos donde no crece nada salvo estos monumentales árboles, los pastores y agricultores, y sus chiquillos que no te salen al paso para sacarte unos dirhams porque en este recóndito valle ven a muchos menos excursionistas... En definitiva, una serie de impresiones maravillosas que le quitaron toda importanca a las nueve horas de marcha con un ascenso de 1500 metros y un descenso de 2500 acumulados, a tener algún resvalón por quitarme demasiado pronto los crampones y poder frenarme sólo gracias al bendito piolet que nos ha dado un nombre, a comer sólo tres barritas energéticas y un tercio de lata de sardinas por barba para darnos un poco de energía. En fin, nada que no se pudiera recuperar con una opípara cena en el centro de Marrakech esa misma noche. Los paisajes de este último día son tan impresionantes que, salvo la primera foto, tomada en la ascensión al Toubkal en dirección a los Ouanakrim, donde podéis ver la diagonal de ascenso, todas las demás corresponden a este día. Espero que os gusten

miércoles, 27 de mayo de 2009

Comenzamos una nueva aventura

Empezamos una nueva Aventura, esta vez virtual.

A través del Blog de camino y Piolet publicaremos las rutas del grupo, la preparación de estas, nuestras crónicas y todo lo relacionado con nosotros.

Poco a poco iremos actualizando

Vamos a Empezar con el relato que hizo Juan Carlos de la ascensión al Toubkal que realizamos en Mayo de este año.

Un saludo y espero vuestros comentarios.