martes, 11 de mayo de 2010

SUBBÉTICA CORDOBESA

El próximo fin de semana 15 y 16 de mayo realizaremos las travesías que programamos en este parque natural cordobés el pasado mes de abril y que finalmente no realizamos. El programa es el mismo que aparece más abajo. Si estáis interesados comunicádmelo por teléfono (626 31 68 97) hasta el próximo jueves para reservar el alojamiento en Priego.
Saludos de Juan Carlos

miércoles, 21 de abril de 2010

Ascensiones en Montejaque

El próximo sábado 24 de abril por fin parece que el buen tiempo nos va a acompañar y mientras que nuestro compañero José Luis Jiménez inicia su aventura con la que pretende llegar a Santiago en algo menos de un mes y medio, acompañado y animado inicialmente por José Luis Bote, el resto de la humanidad pioletera nos tenemos que conformar con paseos menos épicos para estirar las piernas, por lo que visitaremos este bello rincón malagueño del parque de Grazalema. La idea prevista es la siguiente:
Salida a las 7:00 de la plaza del león de San Roque, donde coordinaremos el transporte en los coches que sean necesarios. Desayuno probablemente en Gaucín. Llegada a Montejaque y realización de una travesía circular en la zona norte de los llanos de Líbar, en la que ascenderemos el Ventana y el Hacho, con unos 1000 metros de desnivel acumulados y mucho recorrido sin sendero por zonas cársticas de gran belleza pero entretenido tránsito. Si disponemos de tiempo y condiciones favorables para entrar en ella, visitaremos también la cercana e impresionante cueva del Hundidero, para lo cual recomiendo el uso de linternas frontales, ya que se puede acceder andando hasta una zona muy interna con poca visibilidad.
Si estáis interesados en venir confirmádmelo por teléfono (626316897)
Un abrazo de Juan Carlos

lunes, 12 de abril de 2010

SUBBÉTICA CORDOBESA
17 y 18 de abril

El próximo fin de semana reanudamos por fin después de varias suspensiones nuestro programa de marchas senderistas y ascensiones visitando este parque natural del sur de la provincia de Córdoba. Dormiremos la noche del sábado al domingo en un hotel a las afueras de Priego de Córdoba, uno de los pueblos más bellos y monumentales de Andalucía, cuyo centro histórico está a un corto paseo del hotel, aunque en cuesta, por lo que tendremos tiempo para recorrerlo y cenar en él en la tarde noche del sábado. Para confirmar la reserva en el alojamiento os pido que me lo digáis con algunos días de antelación (hasta el próximo miércoles). El programa es el siguiente:

Salida de San Roque a las 7:00 de la mañana. Desayuno en algún bar de la carretera en torno a Antequera.

Ruta del sábado: inicio alrededor de las 10:00 en el cortijo del puerto del Cerezo (800 metros). El objetivo es hacer ruta circular ascendiendo a las tres cumbres más altas de las sierra de la Horconera, el Bermejo (1476), la cresta del puerto (1440) y el Tiñosa (1570 y máxima altura provincial de Córdoba). La ruta es exigente, de unas 8 horas y unos 1250 metros de desnivel acumulado, aunque se puede reducir su dureza evitando la primera y la última ascensiones que se realizarán por sendos y cortos recorridos de ida y vuelta, por lo que alguno puede evitarse por parte de algunos o todos los miembros de la expedición si no nos acompaña el tiempo. En cualquier caso se trata de la sierra más abrupta de toda la provincia de Córdoba, con unas vistas excepcionales dada su ubicación en el centro de Andalucía.

Ruta del domingo: después de cenar, descansar y desayunar como mereceremos, tendremos tiempo incluso de recorrer de día lo más significativo del centro histórico de Priego, para salir del pueblo, bordear la sierra de la Horconera por el este, cruzar Iznájar y su embalse en el Genil, rodeándolo por el sur y llegar a las inmediaciones de Cuevas de San Marcos, ya en la provincia de Málaga, donde haremos una corta ruta a la cueva de Belda y la cumbre del Camorro de Cuevas Altas, de unos 500 metros de desnivel y unas 4 horas, con excepcionales vistas hacia el embalse de Iznájar.

Si os animáis a pesar de que las previsiones climáticas no son muy buenas, comunicádmelo hasta el miércoles en el teléfono 626 31 68 97 o correo electrónico jc220970@yahoo.es.

Un abrazo de Juan Carlos

sábado, 27 de febrero de 2010

RUTA: ESTACIÓN DE JIMENA - ESTACIÓN DEL CORMENAR

ATENCIÓN CAMBIO DE DIA

RUTA: ESTACIÓN DE JIMENA - ESTACIÓN DEL CORMENAR

DIA: 6 DE MARZO

DIFICULTAD: Muy Alta

DISTANCIA: 30 kilometros

SALIDA: Estación de la Renfe de Algeciras a las 7 horas. ( MUY IMPORTANTE SALE A LA 7 EN PUNTO )

Tenemos que coger el Autobus en la Estación del Cormena a las 17,42 horas.

Billete de ida 3,20€ Vuelta 4,05€ ( el que tenga tarjeta dorada le sale más barato)

INFORMACIÓN: Al no haber servicios de trenes, Renfe pone autobuses que salen en los mismos horarios que los trenes.

domingo, 21 de febrero de 2010

TRAVESÍA CIRCULAR BARRANCO DE LOS CAZADORES - NAVACHICA - TAJO DEL ALMENDRÓN




Juan Carlos Santiago

Hace un par de fines de semana los tres Carlos miembros del grupo quedamos en la madrugada del sábado para realizar esta impresionante ascensión en la siempre espectacular sierra de la Almijara. Tratábamos de realizar y, de paso comprobar, parte de la ruta que antes habíamos propuesto para realizar una travesía vivaqueando entre las cumbres del Cielo y del Navachica, subiendo a esta última cumbre, el punto más alto de la travesía y reconociendo el posible vivac en el alto (que existe), la ruta de descenso y la inexistencia de fuentes en todo el recorrido, tal y como sospechábamos.
Aunque la ruta se las traía en cuanto a dificultad, nuestro querido Carlos de San Roque decidió acostarse a las 4 de la madrugada después de haber tomado alguna copita de más, por lo que hubo que llamarle (y despertarle) a las seis y cuarto para salir con media hora de retraso, a las seis y media, que, unido al retraso provocado por un despiste de un servidor en la carretera, que nos llevó hacia Antequera en lugar de hacia Nerja, generó que iniciásemos la travesía unos 45 minutos después de lo previsto y con un recorrido algo mayor de lo que pensábamos, porque las malas condiciones de la pista por la que circulábamos hacia el área del Pinarillo hicieron que decidiéramos aparcar y empezar a andar un kilómetro antes de ella.



En cualquier caso allí estábamos, con un día radiante a nuestra disposición y el desnivel brutal de unos 1400 metros para alcanzar el Navachica por el barranco de los Cazadores delante nuestro. Entre la emoción de un nuevo reto, la certeza de que nos juntábamos tres andarines y la necesidad de no malgastar tiempo, empezamos a subir a un ritmo vivísimo que nos hizo llegar a la cumbre en tres horas en lugar de en las cuatro y media previstas por la guía que llevábamos. De momento aguantábamos Carlos y yo, a pesar de sus excesos nocturnos y de mi profundo resfriado, que se me iba escapando cuesta arriba por la nariz en forma de abundante mucosidad, sin embargo Carlitos iba, como siempre, transmitiendo la sensación de ir de paseo. En cualquier caso nos ayudó a subir el magnífico recorrido por el barranco, con un cauce seco y fácil de andar entre paredes verticales de centenares de metros y magníficos trazos de sendero que, de vez en cuando, salvaban las grandes caídas del cauce para abrirse paso hacia unas antiguas minas de la base del Navachica. Finalmente llegamos arriba en un santiamén y nos deleitamos con la magnífica y próxima vista de Sierra Nevada desde la cumbre, donde un fuerte viento nos obligó a resguardarnos en las paredes del vivac mientras comíamos.
Cuando estábamos terminando de comer, disfrutando de la soledad de esta cumbre frente al overbooking que habíamos sentido en el Torrecilla el fin de semana anterior, llegaron para cambiarlo todo unas cuarenta personas procedentes de Peña Escrita, otra subida al Navachica desde el lado granadino que habrá que estudiar en el futuro por ser menos dura aunque también probablemente menos espectacular que la que hicimos. Después de ver y, sobre todo, escuchar desde la lejanía las voces de quien parecía liderar el grupo, me dí cuenta enseguida de quiénes eran, Juani y sus compañeros del Comando Preston, del grupo malagueño Pasos Largos. Tras una agradable charla regada como siempre por el generoso Carlos (cervezas y bombones hasta agotar existencias para todo el que quisiera) nos dispusimos a bajar por una ruta alternativa: habíamos ganado algo de tiempo con nuestra rapidísima subida, por lo que podíamos hacer entera la travesía Navachica - Cielo por las cumbres en un sólo día, pero preferimos explorar una nueva cuerda, la de los tajos del Sol y el Almendrón, que a lo largo de toda la subida nos fueron atrayendo como un imán por sus espectaculares paredes de centeneres de metros: se trata de una afilada cuerda rocosa, sobre la que despunta alguna peña, como el Almendrón, y que separa los barrancos del Chillar y de los Cazadores, que se abren paso a poquísima distancia lineal pero mil metros más abajo. Sobre el mapa no había senda, pero la pelada sierra de la Almijara permite abrirse paso sobre sus cumbres y teníamos tiempo, por lo que nos dirigimos hacia esta cuerda.










La bajada por esta vía resultó ser bastante más dura que la subida, por ser una auténtica rompepiernas, con alguna corta pero empinadísima subida, como la del Almendrón, y por tener que trabajarse casi toda la cuerda con los cinco sentidos y frecuentes trepadas y destrepadas, pero las impresionantes vistas lo compensaban todo, hasta el punto que el Almendrón, para un servidor, se ha convertido en una más de las cumbres míticas de la Almijara, como el Lucero o el Cisne, cuyas abruptas moles recuerdan más a los Picos de Europa que a otras montañas andaluzas a las que estamos acostumbrados. Eso sí, lo que falta en la Almijara es agua, porque al descender del Almendrón y con todavía unas dos horas de marcha por delante, nuestras reservas empezaron a agotarse y aquí no hay ni una fuente. Tras amontonar todo el descenso en los últimos tres o cuatro kilómetros por un sendero muy empinado que terminó de maltratar nuestras castigadas piernas, por fin pudimos refrescarnos en la fuente del Esparto, muy cerca ya del coche y a punto de anochecer. En el "descenso" tardamos casi el doble que en el ascenso, completando finalmente una muy dura marcha de unos 1700 metros de desnivel acumulado y bastante dificultad, pero, sin duda, la cuerda del Almendrón merece ser repetida.

lunes, 8 de febrero de 2010

CRÓNICA DE LA TRAVESÍA POR LAS CUMBRES DE LA SIERRA DE LAS NIEVES

Por Juan Carlos Santiago

El pasado sábado 30 de enero nos reunimos de madrugada un nutrido grupo de pioleteros en San Roque para viajar hasta la sierra de las Nieves y hacer una de las rutas más espectaculares de esta temporada: subir, con abundante nieve, a las que probablemente sean las cumbres más emblemáticas de la sierra, el Torrecilla y dos cerros más bajos pero pecfectamente reconocibles por su forma molar, Enamorados y Alcazaba, completando una travesía exigente por la presencia de nieve, el desnivel y el largo recorrido, a lo que se unía nuestra escasa actividad durante los dos meses anteriores, por lo que teníamos ante nosotros todo un hermoso reto.










Después de encontrarnos en el cortijo de los Quejigales con tres compañeros más de Ubrique con los que habíamos quedado, empezamos a ascender por el habitual barrizal invernal de la entrada de la cañada del Cuerno, que en pocos metros de ascenso nos ofreció la preciosa imagen del pinsapar cubierto por una espesa capa de nieve. Como siempre, el más infantil del grupo, José Luis Jiménez, ignorando por completo la ardua travesía que nos quedaba por delante, empezó con la habitual guerra de bolas de nieve en la que nos enzarzamos unos cuantos mientras los montañeros serios, los de Ubrique, nos cogían una importante ventaja. Al llegar al puerto de los Pilones nos quedamos maravillados ante el espectáculo invernal: el frío matinal había conservado la cencellada en los quejigos que parecían más que nunca duendes invernales acompañándonos en el camino.











Aunque la sierra parecía, como luego comprobaríamos, estar abierta especialmente para la ascensión al Torrecilla, que atrae como un imán cuando hay nieve y un día despejado a infinidad de montañeros malagueños, nuestro objetivo inicial era otro, el peñón de los Enamorados, dejando para el mediodía la ascensión al Torrecilla para esperar que la nieve se pusiera más blanda, ya que la mayor parte del grupo no llevaba crampones. Cuando íbamos a desviarnos hacia el peñón apareció Carlitos con su ritmo habitual, como una locomotora que había tardado la mitad de tiempo que nosotros en subir por la cañada del Cuerno. No vino con nosotros porque el "angelito" se había equivocado de lugar de encuentro en San Roque (a estas alturas todos sabemos que su intensa vida nocturna termina confundiéndole). Por fin ya los quince miembros del grupo juntos nos dirigimos hacia el Enamorados por preciosas palas de nieve virgen que dificultaban el paso pero convertían el camino también en especialmente hermoso. Durante la parada en la cumbre, el bucólico espectáculo terminó excitando a la pareja de enamorados del grupo, que no pudieron contenerse y ... se besaron, romántica imagen que el pudor y la censura me impiden mostrar.






De camino al Torrecilla y con una huella muy marcada por la infinidad de montañeros que pasaron antes que nosotros, entre los que nos encontramos a algunos compañeros de Pasos Largos, nos pusimos en un santiamén en la base de esta montaña, por lo que optamos por subirla del tirón y comer después con Esther, que nos esperaría abajo por estar lesionada. En la cumbre algunas decenas de personas disfrutamos a la vez de las magníficas vistas de esta montaña en un día despejado: desde el Peñón de Gibraltar hasta Sierra Nevada.












Tras la comida, con los habituales agasajos de Carlos, cerveza, Ferrero Rocher, tuvimos la tentación de hacernos un poco los remolones, pero nos quedaba la última dificultad del día, la Alcazaba, por lo que nos dirigimos hacia ella huyendo de los numerosos grupos que transitaban desde los Pilones al Torrecilla. Era posible que en el regreso a los Quejigales se nos echara la noche encima, por lo que había que mantener el ritmo de marcha a pesar de la incomodidad de subir y bajar por lomas de nieve virgen blanda, en la que íbamos abriendo huella. En la cuerda de la Alcazaba, además de Esther, otros renunciaron a coronarla por estar ya cansados, como el sobrino de Antonio, un muchacho que se portó como un campeón en su primera ruta de montaña. Además la muela final de la Alcazaba presentaba una corta trepada por una pala de nieve con bastante pendiente, que echó atrás a alguno más, por lo que al final subimos nueve, entre otros Ruth, que nos sigue demostrando estar en plena forma.




El descenso a los Quejigales lo terminamos haciendo por la pista ya que se nos venía la noche encima y el frío de la sierra nos invitaba a despedirnos de ella con un agradable plato de caldo calentito en la venta del Navacillo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

BREVE CRÓNICA Y FOTOS DE LA ASCENSIÓN AL RELOJ, SIMANCÓN Y PEÑÓN GRANDE




Por Juan Carlos Santiago

A finales del pasado mes de noviembre realizamos una magnífica travesía por estas tres cumbres con inicio y final en la población de Grazalema. Aunque el recorrido era corto, nos enfrentábamos a tres ascensiones seguidas de las que la del Peñón Grande iba a resultar la más complicada por la necesidad de "trabajarse" la arista cimera, trepándola y destrepándola con mucho cuidado dadas las pronunciadas paredes prácticamente verticales que ofrece esta magnífica montaña hacia cualquier dirección desde su cumbre.


La mañana no parecía acompañarnos porque durante todo el viaje de ida, el desayuno en Arcos y los primeros kilómetros de la travesía nos envolvió la niebla con una ligera llovizna, pero, tras pasar los llanos del Endrinal, en la base del Reloj, la niebla empezó a quedarse estancada bajo nuestros pies ofreciendo desde la cumbre un espléndido mar de nubes del que sólo sobresalían hacia el este las cimas de la sierra de las Nieves. Al acceder a la cumbre, pudimos sorprender los primeros a un numeroso rebaño de cabras montesas que estaban disfrutando del panorama. Después de un merecido descanso y ya con sol el resto del día y la certeza de tener unas condiciones adecuadas para subir al Peñón Grande, nos dirigimos por la rocosa ladera este del Simancón hasta esta segunda cumbre del día y descendimos luego a los llanos del Endrinal para comer.



La comida estuvo muy alejada de la austeridad espartana que se supone propia de nuestro grupo. Aunque faltó la lata de cerveza de medio litro ligeramente helada para disfrute exclusivo de José Luis Jiménez, que no pudo acompañarnos ese día, Carlos, como siempre, compartió sus latas de cerveza con quien quiso, distribuyó sus famosos Ferrero Rocher a todo el mundo y hasta algún cigarrito de sobremesa, pero, sobre todo, Esther nos deleitó con un magnífico pastel de carne y verdura (no recuerdo la receta, sólo que me chupé los dedos) que nos dejó a todos a punto de ponernos a sestear sobre el colchón de hierba de los llanos y bajo un plácido sol otoñal.




Pero el Piolet es el Piolet: después de despedirnos de Alberto, Laura (que nos acompañaban por primera vez), Carlos y Esther, que bajaron directamente a Grazalema porque tenían diversos compromisos en casa, el resto del grupo nos dirigimos hacia el gran reto del día, coronar el Peñón Grande, la magnífica pared rocosa que abriga y a la vez ensombrece a Grazalema por el oeste. La subida a la cresta, muy empinada, no generó ningún problema, pero una vez en ella, tras la primera trepada vertiginosa, la siguiente destrepada nos dejó a Ruth esperándonos en el collado y con la sensación de que ya había hecho bastante. El resto del grupo (Félix, Óscar, Javi, Jose y un servidor) continuamos por la cresta unos 150 metros más hasta coronar el peñón con una magnífica vista aérea del pueblo de Grazalema. Quiero reconocer especialmente el ascenso del más veterano del grupo, Félix, que se está convirtiendo en un pioletero vocacional y profesional. Con cuidado en el descenso (que también cuenta) y con la niebla que volvió a envolvernos de nuevo a las puertas de Grazalema, terminamos una espléndida travesía por la sierra.